La cartelería digital en el punto de venta

Implantación de pantallas en retail

La integración de la cartelería digital en el punto de venta además de dotar de un mayor atractivo al local comercial, brinda la posibilidad de dirigirse a una audiencia cualificada y de enfocar los mensajes audiovisuales a un público que se encuentra en un momento receptivo.

El digital signage propicia una línea de comunicación con los clientes, contribuye a sostener la imagen visual de la marca y puede facilitar el proceso de decisión de compra influyendo en los potenciales consumidores a través de los mensajes que reciben, siempre que éstos aporten una utilidad real.

La adecuada implantación de pantallas en la decoración del lugar, la adaptación de los contenidos y su ritmo al momento específico de compra o a la necesidad de información que se puede producir en cada zona del establecimiento, posibilitará sacarle el máximo rendimiento a la señalización dinámica.

A continuación analizaremos las soluciones digitales, su estratégica situación y su correcta aplicación a los diferentes entornos.

Comenzaremos por los escaparates donde los transeúntes reciben, desde el exterior de la tienda, la primera llamada de atención. La incorporación de paneles en la estética de la vidriera permite crear escenografías impactantes, capaces de sorprender a partir de creatividades que combinen aspectos físicos y digitales. Estos desarrollos ayudan a reforzar la percepción de la marca a la vez que, con videoclips con el timing y la emoción necesarios, intentan convencer a los espectadores para que entren en el recinto; por lo que es aconsejable evitar caer en algo tan manido como los desfiles en bucle de la colección en ciernes

Los directorios digitales ubicados en la entrada del sitio informan con claridad a los posibles compradores sobre la distribución de la tienda y dónde encontrar los distintos tipos de productos para cada uno de los diferentes públicos, en cada punto del comercio.

Los soportes digitales integrados en el mobiliario de la sala de ventas refuerzan las actividades de promoción y cumplen una función de apoyo a los artículos expuestos, destacando las principales ofertas y mostrando información relevante a una frecuencia de repetición adecuada para crear una experiencia positiva que ayude a conseguir mejores resultados. Es un error frecuente limitar la pantalla a un uso meramente decorativo en lugar de aprovechar, de forma adecuada, su función comunicativa para conectar con la audiencia.

A menudo vemos que los mensajes que se lanzan son unidireccionales enfocados en la marca o en los productos, en lugar de otros que salgan al encuentro de los consumidores para sorprenderlos, cautivarlos y así impulsar las ventas. A su vez, la exposición de audiovisuales con una narrativa interactiva permite no sólo ofrecer datos sino también captarlos para medir el nivel de satisfacción de la clientela.

Los probadores son un punto caliente de decisión. Es en ese rincón del inmueble donde el contenido digital tiene que ser especialmente útil y estar enfocado a ayudar al cliente. Los innovadores espejos con monitores integrados hacen “propuestas” a los consumidores mostrándoles diferentes colores, combinaciones, complementos y accesorios, constituyendo una espectacular experiencia interactiva que aumenta la fidelidad y fomenta la repetición de visitas al comercio.

En las cajas, la comunicación digital refuerza el posicionamiento de la marca, redobla la comunicación de los servicios de la empresa y también puede contribuir, con anuncios consistentes, a cerrar compras impulsivas de artículos próximos a la zona de cobro.

Actualmente la apuesta por lo digital es evidente pero no es cuestión de introducir pantallas en el local, sino de integrarlas adecuadamente en su estética en función de los objetivos perseguidos y desarrollar una estrategia de contenidos bien definida, acorde con las reglas de comunicación que este medio requiere.

Quizás no tenga razón, pero sobran razones para implantar un sistema de cartelería digital en retail.